terapias no farmacológicas

s. f. pl.
Inglés 
non-pharmacological treatment
cognitive-behavioral intervention
Abreviaciones 
TNF
Etimología 

Terapia se remonta al griego therapeía (θεραπεία) 'cuidado, tratamiento', documentado desde Hipócrates, en el siglo V a. C. A las lenguas romances llegó a través del latín renacentista (therapia), pero no es hasta el siglo XIX cuando su uso se extiende con fuerza en todas las lenguas europeas. Por su parte, el adjetivo farmacológico es, probablemente, un préstamo del francés pharmacologique, ya que el primer testimonio espigado en los textos se localiza en el Sistema de los conocimientos químicos (Madrid, Imprenta Real), traducción de Pedro María Olive de un original francés de Antoine-François de Fourcroy (1755-1809). El término francés pudo quizá proceder del alemán Pharmacologische (o Pharmakologische), atestiguado ya en 1783. Estas voces hunden sus raíces en el griego phármakon (φάρμακον) 'medicamento, veneno'.

Definición técnica 

Cada uno de los tratamientos no químicos, apoyados sobre una base teórica, que buscan mejorar la calidad de vida del paciente o del cuidador.

Explicación 

Las investigaciones más recientes sobre el tratamiento de las demencias demuestran que las conocidas como terapias no farmacológicas, combinadas con el empleo de medicamentos, pueden ser muy eficaces y mejorar el estado cognitivo, físico y funcional del paciente, además de retrasar o ralentizar el avance de la enfermedad, fortalecer su autoestima y, en definitiva, mejorar su estado psico-afectivo y su calidad de vida.

Buena parte de las terapias no farmacológicas se basan en la estimulación de las funciones cognitivas del enfermo. De hecho, la conocida como intervención cognitiva o piscoestimulación es una de las modalidades de terapia no farmacológica.  

Cuanto antes se comience a tratar al paciente de esta manera, mayor será el beneficio. Al no requerir elementos externos como los medicamentos, se tiende a pensar que son inofensivas y que su aplicación es sencilla y sin riesgos. Sin embargo, como cualquier tratamiento, debe ser supervisado por profesionales, y cada caso deberá estudiarse y analizarse antes de proponer cualquier tipo de terapia no farmacológica.

Existen varias maneras de poner este tratamiento en práctica: lo ideal es aplicar a cada paciente la combinación más adecuada de actividades, según el tipo y grado de deterioro que sufre. Esas actividades se basan en la estimulación y ejercicio de diferentes destrezas y habilidades: desde ejercicios cognitivos de todo tipo a tareas que tienen al lenguaje como protagonista, pasando por técnicas de comunicación a través de las sensaciones visuales, auditivas, motoras, tácticles y olfativas, y actividades sociales y psicomotoras. Entre las más comunes destacan el empleo de la música, los animales de compañía, pasear o realizar ejercicios suaves (baile, jardinería, etc.), la asistencia graduada (en función del estado del paciente, aportar la mínima cantidad de ayuda posible), la terapia de reminiscencia, la de orientación a la realidad, etc.

Ejemplos 

«En ningún momento ha de considerarse la reeducación a través de las terapias blandas o no farmacológicas un mero juego de niños para mayores o un buen entretenimiento para pasar el día, sino todo lo contrario. Todas las técnicas están basadas en el conocimiento del aprendizaje y el desarrollo psicoafectivo del ser humano y en la capacidad que tiene el cerebro para intercambiar información y restaurar circuitos y funciones que están dañadas e interactuar con el medio externo respondiendo a estímulos o pautas diseñadas a propósito» (Boada Rovira y Tárraga Mestre, 2002: 36).

«Diversas investigaciones avalan que las terapias no farmacológicas, como la terapia ocupacional, unidas al tratamiento farmacológico, consiguen mantener y retrasar el avance de la enfermedad de Alzheimer y otras demencias. Por consiguiente, nuestro principal objetivo será conservar el mayor grado de autonomía, funcionalidad y calidad de vida posible en la persona con demencia» (Fundación Reina Sofía, 2012: 40).

«Al contrario de lo que sucede con los fármacos, las intervenciones no farmacológicas suelen ser de bajo coste, centrándose el gasto en recursos humanos, y no en el empleo de costosas tecnologías o fármacos» (Olazarán et al., 2010: 13).

Uso del término 

Aunque muy extendido, debe evitarse el uso de terapias blandas como sinónimo de terapias no farmacológicas en el ámbito del tratamiento de las demencias, dado que medicinas (o terapias) blandas se utiliza también como equivalente de medicinas alternativas, complementarias, naturales, no oficiales, no convencionales, suaves, dulces etc., con las que no tiene nada que ver.

Sinónimos: 
Referencias bibliográficas 

Boada Rovira, Mercè y Lluis Tárraga Mestre (2006): Alzheimer: la memoria está en los besos. Barcelona: Ediciones Mayo. <http://www.fundacioace.com/wp-content/uploads/ La_memoria_esta_en_los_besos.pdf>.

González Maldonado, Rafael (2000): El extraño caso del Dr. Alzheimer (del olvido a la demencia). Granada: Grupo Editorial Universitario.

Fundación Reina Sofía (2012): Guía práctica para profesionales que trabajan con enfermos de Alzheimer. <http://www.fundacionreinasofia.es/Lists/Documentacion/Attachments/ 15/Guia%20profesionales_Alzheimer_final.pdf>.

Olazarán, Javier; Reisberg, Barry; Clare, Linda; Cruz, Isabel; Peña-Casanova, Jordi; del Ser, Teodoro; Woods, Bob; Beck, Cornelia; Auer, Stefanie; Lai, Claudia; Spector, Aimee; Fazio, Sam; Bond, John; Kivipelto, Miia; Brodaty, Henry; Rojo, José Manuel; Collins, Helen; Teri, Linda; Mittelman, Mary; Orrell, Martin; Feldman, Howard H. y Rubén Muñiz (2010): «Eficacia de las terapias no farmacológicas en la enfermedad de Alzheimer: una revisión sistemática», Dement Geriatr Cogn Disord, 30: 161-178. <http://www.mariawolff.org/_pdf/fmw-publicaciones-terapias-no-farmacologicas-en-la-ea.pdf>.